lunes, 2 de julio de 2007

Texto de opinión sobre "no le eche llave a la U"

No le echemos llave a la Universidad Nacional
Myriam Jimeno
Profesora

Un grupo de estudiantes de antropología ha propuesto como lema para la apertura el próximo 10 de julio No le echemos llave a la Universidad. Ellos creen, como lo pensamos también muchos otros estudiantes y profesores, que impedir el acceso a los edificios y a la reanudación de las actividades regulares no le hace ningún favor al movimiento que busca defender los intereses de la Universidad Nacional.

En efecto, si se trata de asegurar la importancia de la Universidad para el país, no puede existir peor forma que impedir su funcionamiento. La Universidad es valiosa porque sostiene una tradición de formación y creación independientes, que pretende ser cada vez mejor, y no por otra razón. La Universidad cerrada o con un funcionamiento precario es la anti universidad. Es la anti universidad no sólo porque aleja y dispersa a la mayoría e impide la expresión de diversas posturas, sino porque por importantes que sean las discusiones sobre la coyuntura, éstas jamás podrán reemplazar su razón de ser.

Hemos escuchado argumentos que destacan el valor formativo de la reflexión y del debate sobre el tema pensional y sobre diversos problemas de la educación pública; también se argumenta que el movimiento se debilita si los estudiantes estudian y los docentes enseñan e investigan. Curioso que se piense que el volcarse sobre reuniones con interminables y fogosas intervenciones asegura mejor el movimiento que cumplir con nuestra misión. Se torna aún más singular esta postura cuando sabemos que la discusión actual se centra sobre lograr que el pago del pasivo pensional se realice de manera que no afecte nuestros propósitos misionales. ¿Podremos sostener seriamente esta demanda cuando nosotros mismos nos encargamos de impedir que se cumpla aquello que es nuestra razón de existir? ¿Cómo hablar de la importancia de no cerrar si desde dentro echamos llave?

El radicalismo interno termina de aliado de las posturas externas anti universitarias. Sigamos debatiendo y con expresiones múltiples afirmemos nuestro empeño con la Universidad Nacional en marcha. No le echemos llave a la UN.

Hemos escuchado argumentos que destacan el valor formativo de la reflexión y del debate sobre el tema pensional y sobre diversos problemas de la educación pública; también se argumenta que el movimiento se debilita si los estudiantes estudian y los docentes enseñan e investigan. Curioso que se piense que el volcarse sobre reuniones con interminables y fogosas intervenciones asegura mejor el movimiento que cumplir con nuestra misión. Se torna aún más singular esta postura cuando sabemos que la discusión actual se centra sobre lograr que el pago del pasivo pensional se realice de manera que no afecte nuestros propósitos misionales. ¿Podremos sostener seriamente esta demanda cuando nosotros mismos nos encargamos de impedir que se cumpla aquello que es nuestra razón de existir? ¿Cómo hablar de la importancia de no cerrar si desde dentro echamos llave?

El radicalismo interno termina de aliado de las posturas externas anti universitarias. Sigamos debatiendo y con expresiones múltiples afirmemos nuestro empeño con la Universidad Nacional en marcha. No le echemos llave a la UN.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que es contundente el argumento de Myriam. Es claro que todas las voces han de ser escuchadas, pero también tenemos que mantener los pies en la tierra.
¿Cómo garantizar que la discusión se mantenga centrada en lo que nos corresponde? Asunticos como el de pensar en reclamar la cabeza del presidente creo que están un poco fuera de orbita. Si bien es cierto que este movimiento ha sido fuerte y constante, tenemos que reconocer que no todo lo que se dice es aceptable. También es importante tener presente que la Universidad cerrada no es campo de discusión. De entrada lograr combatir la indiferencia de muchos con los temas de la universidad, que hace que la gente salga corriendo a la casa cuando no hay clases ha sido siempre un problema grande, así como lograr reclamar para todos los espacios de participación que habían sido monopolizados por algunos grupos. No cerremos la discución, pero eso implica a la vez lograr mantener abierta y funcionando la Universidad.